miércoles, 29 de abril de 2009

Nos tratan como moscas...

RECHAZO TOTAL AL SISTEMA NACIONAL DE BACHILLERATO!!

martes, 28 de abril de 2009

EL PELIGRO DE SER POLITÉCNICO

El Instituto Politécnico Nacional es sin duda una de las grandes conquistas del pueblo mexicano que derramó su sangre en los movimientos armados de principios del siglo XX . Pero esto no debemos entenderlo como un discurso desgastado, sino asumirlo como un motivo de orgullo y por lo tanto, razón suficiente para comprender la importancia histórica del IPN como proyecto revolucionario.
El proyecto del gran Instituto Politécnico Nacional tiene dos causas de origen: una es la del Estado revolucionario-industrializador, y la otra es el reclamo educativo de las masas populares (obreros y campesinos).
Durante los llamados gobiernos revolucionarios, en el que se inserta el de Lázaro Cárdenas, se sientan las bases de la industrialización en México. La creación del IPN es una de las condiciones necesarias para tal proceso de industrialización, pues en el país no existía ninguna institución educativa que formara los trabajadores técnicos que se requerían para tal efecto. Pero al mismo tiempo, la creación de un Instituto Politécnico que además fuera Nacional era una necesidad para el Estado, pues no tenía instituciones educativas con la capacidad de llevar a cabo tal tarea .
Por el otro lado (el de las masas populares) existía la legítima exigencia de tener acceso a la educación, por lo que el Politécnico fue la resultante perfecta de tal coyuntura, pues además, ya había experimentos educativos por parte de grupos de trabajadores, es decir, tarde o temprano el gran Instituto Politécnico Nacional iba a surgir.
Hubo otros factores presentes al momento de la creación del Politécnico, como por ejemplo, la oposición reaccionaria de gran parte de la comunidad universitaria ; la fundación en 1934 de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET); y la definición constitucional de educación socialista .
Bajo este contexto es que el Politécnico inaugura sus cursos un tanto improvisadamente, siendo atacado desde el principio por muchas corrientes, y no era para menos, pues su objetivo principal era que los trabajadores tomaran en sus manos todo el proceso productivo: desde el primer operario hasta el administrador de la empresa, de ahí la división de las carreras en 3 ramas (económico-administrativas, médico-biológicas y físico-matemáticas) y 3 niveles (prevocacional, vocacional y superior). Además, existían escuelas (principalmente prevocacionales) en casi toda la república. Y, por si esto fuera poco, los primeros estudiantes crearon por necesidad lo que posteriormente fuera el internado del Politécnico en el Casco de Santo Tomás. En el IPN se impartían además, carreras de avanzada o únicas en su tipo ya sea a nivel nacional, latinoamericano e incluso mundial; existían carreras tales como Medicina Rural o Antropología, y de las que aún se conservan, Ingeniería Textil u Homeopatía. Podemos ver que el Politécnico era un proyecto muy bien planeado, que aunque empieza a funcionar un tanto improvisadamente, tenía por objetivo ser el rector del Sistema Nacional de Educación Técnica. No solo había posibilidad de estudiar en varias partes del país, sino que si un estudiante de escasos recursos quería estudiar en las escuelas del Distrito Federal, podía hacerlo ganándose un lugar en el internado.
Sin embargo, un factor de suma importancia en la peligrosidad del proyecto del Politécnico era su poderosa federación de estudiantes, la FNET, que aunque nace bajo el auspicio del Estado, casi de inmediato corta los lazos con éste y se liga a las centrales y confederaciones internacionales de estudiantes de orientación comunista, pero al mismo tiempo a los Partidos Comunista de México y Popular Socialista. Ésta organización de masas permitía a los estudiantes desarrollar un sentido crítico, pero sobretodo, significaba la educación política de los futuros trabajadores de la industria mexicana.
El proyecto del Politécnico es revolucionario en sí mismo, pues aunque nace ligado al Estado y a la industria, tiene la capacidad de desarrollar las fuerzas productivas , en donde al estar presente la organización estudiantil, estas fuerzas productivas se desarrollan en beneficio de la sociedad, lo cual no solo no conviene a los capitalistas, sino que les resulta sumamente peligroso, pues en el seno del Politécnico se pueden generar futuros trabajadores críticos, que reclamarían tarde o temprano sus derechos laborales y en el mejor de los casos, podrían incluso, como es el objetivo, tomar en sus manos todo el proceso productivo… quizás tomando las fábricas.
La gran y fundamental diferencia entre el Politécnico y cualquier Universidad es el tipo de educación que se imparte. En el caso del IPN se trata de educación técnica, que prepara a los estudiantes para trabajar en la producción material prácticamente desde el inicio de su formación; en la mayoría de las universidades predominan las ciencias sociales, que aunque aparentemente desarrollen el sentido crítico de los estudiantes, éstos, en su mayoría, están completamente alejados de la producción material, pilar fundamental de la economía capitalista. En el caso del Politécnico, la formación política y el sentido crítico se lo dan las organizaciones estudiantiles, por lo cual se hace necesario para el Estado y los capitalistas impedir que en una institución como el Politécnico los estudiantes se organicen libremente.
Por eso no es casualidad que se le haya atacado en varias ocasiones hasta desmembrar el proyecto original. En 1956 se cerró el internado y se porrizó a la FNET; después de ’68 se incrementó el porrismo y se cerraron escuelas o se les mandó muy lejos; en el año 2000 la policía ocupa las instalaciones; muchos de los actuales profesores e incluso directores de escuelas son ex-porros; la matrícula no ha crecido desde hace ya varios años; la historia del pasado glorioso de las luchas estudiantiles ha sido prácticamente borrada de la memoria colectiva de l@s actuales compañer@s politécnic@s; etc.
En fin, tal parece que la naturaleza del Politécnico ha determinado su camino, pues nació de la lucha y solo con la lucha se mantendrá al servicio de las clases trabajadoras. Pues es claro que si éstas tienen educación técnica y organización son peligrosas para el capitalismo.

¡VOLVAMOS PELIGROSO DE NUEVO AL POLITÉCNICO… ORGANICÉMONOS!!!



Bandera rojinegra en el Casco de Santo Tomas -IPN

Combativamente
Marco P. H. Valadez
Comisión de Archivo Histórico y Estudios sobre el Politécnico
Colectivo 23 de septiembre